Hoy me sentí apasionado
visitando un pueblo hermoso
en un lugar, montañoso…
¡Y de nubes, arropado!
Y me quedé impresionado
viendo aquel cerro boscoso
con su cabello esponjoso
de verde oscuro y nublado.
Por nombre lleva Apaneca
autóctono en sentimientos
y aquella joven Olmeca
cuyo nombre era Rebeca
dijo, sobre unos cimientos:
¡Su signo es Río de Vientos!
Apaneca es un pueblo (Municipio) que pertenece al departamento de Ahuachapán, El Salvador; y está ubicado en la Sierra de su mismo nombre (Apaneca) en el Occidente del país, en medio de cerros boscosos, nebulosos, con cultivos de cafetales, frutas y cereales como maíz y frijol, con mucha riqueza cultural y artesanal y a una altura (la máxima) de 1800 metros sobre el nivel del mar, lo que hace del pueblo un lugar fresco y con atractivo turístico. La visita al poblado me permitió saber, a través de Rebeca (seudónimo), estando sentados sobre unos cimientos que bordean la iglesia colonial que engalana la población, que Apaneca en náhuatl (Apanejecat) significa: Río, chiflón o corriente de Vientos. Eso es lo que se hace saber en el último verso del segundo terceto en el sonetillo que hoy les comparto.
En el sonetillo también se menciona el término: Olmeca, de la que doy la siguiente referencia histórica. “Lo notable es que algunos de los vestigios de los Olmecas en El Salvador, son de lo más primitivo, dando la pauta para pensar que fue quizás en este suelo que vio la luz la primera cultura de la zona. Entre las muestras más notables, tenemos a los llamados «Gordinflones de Apaneca», tres enormes esculturas en piedra que se encuentran en la finca Santa Leticia (lugar donde hay un hotel y me hospedé con la familia); y donde también se han encontrado vestigios de una primitiva pirámide, suponiendo que el sitio fue un lugar de culto en el período pre-clásico temprano, quizás desde antes del segundo milenio antes de Cristo. Otro vestigio importante es la llamada «Piedra de las Victorias», que se exhibe en las ruinas del Tazumal de Chalchuapa, departamento de Santa Ana. Esta piedra representa una escena guerrera en un bajo relieve. Además en la zona costera del occidente de El Salvador se encuentran muchas figurillas en barro que son típicamente olmecoides en su fase primitiva. También se encontró en las cercanías de Chalchuapa, la que hasta la fecha se considera la pieza más bella del arte Olmeca jamás hallada y la cual no data precisamente de la fase primitiva de esta civilización, sino de su fase de máximo esplendor”.
Fuente: La cultura Olmeca en El Salvador
https://www.elsalvadormipais.com/la-cultura-olmeca-en-el-salvador