javiercastellano23

Borde

Escuchas la pestilente alma que hay en mi, ríes aunque lloras mi decadencia, comes del fruto de Dios, aquella virtud que hizo de mi vida una prosa legítima.

 

No culpo a nadie de mis travesías, caminé por el borde y ahora piruetas y regates juegan en la cornisa, soy yo amo y señor de una locura que está lejos de arrepentirse.

¿Qué tanto esperas de alguien que huye?