Ben-.

Hombros incesantes-.

Cómo esculpes, divina,

tu imagen sobre el cielo abovedado!

Y qué bien descansa el silencio

sobre tus hombros incesantes.

Yo trabajo los huertos abandonados y

eludo mis responsabilidades,

ignorando el resultado de la vigilia

taciturna, en que frentes y águilas,

dominan los ámbitos del frío.

Hermosura de plantaciones y tuétanos,

ese sortilegio de ramas luminosas

que busca la perfección entre veredas indecibles!

Légamos que compartimos en las fachadas

y en las estaciones ruinosas donde hoy, pacen

los débiles siniestros!©