Caminaré sin descanso
hasta anegarme en tu regazo;
libaré las mieles de tus labios,
enredada a tu piel de raso.
Escalaré por tus relieves,
lameré todos tus recovecos;
fundida al fuego de tu savia,
sahumaré todos tus sentidos.
Tejeré nuestros sueños
hasta lograr fraguarlos
como una espada templada,
signo de nuestra temeridad.