Intensity ✍️

En el vestidor.

Era una calurosa tarde de agosto cuando te pedí que me acompañaras a un centro comercial para comprar un regalo. Tu gusto excepcional era el mejor aliado contra el tedio que me siento al ir de compras.

En interminable procesión desfilaban perfumes, calzado y bisutería. Yo cada vez más indecisa, tú ya casi desesperado. Entonces los vi al final del pasillo, blancos y relucientes como tablas salvadoras. Me dirigí hacia ellos presurosa, pidiendo permiso a la encargada para que mi esposo me ayudase a escoger el más bello atuendo para nuestra cena de aniversario.

Tu rostro pasó súbitamente de la protesta al asombro cuando mordí uno de tus labios y comencé a desnudarte.

- Estás loca - murmuraste cuando mi boca se perdió en tu entrepierna. Tus dientes se clavaron con furia en mis pechos, mientras tus dedos comprobaban con satisfacción la abundancia de mi humedad.

De un certero golpe entraste en mi, ahogando mis gemidos con tu boca. Mis piernas se enredaron en tu cuerpo cual serpientes, acompañando el frenético vaivén de tus caderas, hasta llegar a ese instante cumbre del delirio.

Nos marchamos sudorosos y felices pero al cruzar la puerta preguntaste con espanto:

- ¿ Y el regalo ? -

Sonreí con picardía al responder:

- Perdón querido lo olvidé, tendremos que regresar mañana.

Intensity ✍️