Sueños color rosa
que se quedaron
deambulando,
perdiendo sus matices
en las nubes grises
de un cielo opacado,
por promesas rotas,
promesas no cumplidas
de un mundo soñado.
El corazón acostumbrado
a palabras ofrecidas,
que decian que me querían.
Tanta pasión derramada
en los días de verano,
tantos besos prolongados
en los días de invierno,
cuantas noches
con pétalos satinados,
que acariciaron
nuestros cuerpos desnudos,
cuantos gemidos ahogados
fundieron nuestras voces,
cuantas veces el éxtasis
nos hizo llorar de pasión,
dejando las sábanas impregnadas
con el magma del amor.
¡Todo fue un soñar,
un soñar y nada más!
Felina