Despedida pretenciosa
Tengo algo que decir antes de irme,
antes de retribuirle a la tierra lo que le pertenece:
Este innoble puñado de polvo que hace poemas
de sus propias desgarraduras sangrantes
y las va anunciando como tortillas calientes,
a esos clientes que sólo consumen pan.
Pero a diferencia de lo que callo
y de lo que no diré nunca
sólo diré ésto una vez.
Nada es lo que parece; he aquí los espejismos
han roto la brecha de la realidad indemostrable
y prolifera la ilusión concreta de lo que no es;
o para decirlo de una manera más directa:
Todos mentimos siempre, unos a otros
y todos a los demás, con un beso deshabitado
de sus atributos más pulcros, como el de Judas,
o con una sonrisa pérfida despojada de toda felicidad,
mentimos gozosos, pretensiosos, lujuriosos,
y hasta graciosos desde la saciedad
para convertir nuestras mentiras
en la única realidad posible de la verdad.