Ritmo lento que cabalga soñoliento y decaído,
va avanzando acompasado…sorprendido.
Mi corcel se bambolea en el camino,
a paso torpe se importuna,
se desvía de su rastro polvoriento,
y se enreda entre esta pena que acarreo.
Sol intenso que derrites los instantes ,
que sometes las secuelas de impaciencia…
abrumadas de impotencia.
Fatigado hice un alto a mi traslado.
Horizonte solitario…
un desierto que confina su delirio…
a un futuro improvisado,
a un destino inesperado.
Desfallezco con la aurora,
y me encierro en esta escena de suplicios.
Mi equipaje llevo lleno de inquietudes...
voy en busca de un consuelo.
Mi camino va al encuentro con mis dudas…
y mis miedos me conducen al pasado.
Al oriente fui a parar con mis congojas,
transportado por la brisa decaída.
Al oriente he llegado con mi angustia,
a mostrarte las heridas.
Y a pesar del largo viaje transitando...
me entere que te has marchado…
otra vez has decidido huir de mi…
has escapado,
y esta vez me he quedado a compartir
la soledad de este absurdo sentimiento…
deprimente y confundido.