¿Quién es el culpable
de todo lo malo
que me sucede en la vida?
Lo busco y no encuentro
salvo un callejón sin salida
que me devuelve del sueño
al mundo real
confundido el destino
en un mar tempestuoso
que se abre a mi desencanto
a esta hora
programada para el trance.
Más a solas que un condenado
meditando el siguiente paso
tal vez me veas en la calle
presa de un espasmo
que me hace vomitar
las sílabas todas...
Estoy sufriendo en vano
por tu ausencia en mis renglones.
Esto es lo que más amo:
me hace otro, me repone
de todos mis desastres,
de todo mis errores.
Tal vez lo que pido es demasiado
pero alguien dijo: no hay cojones
y lo hago
aunque esto suponga
el fin de mi reinado...