Cuídate mucho
te dije \"sin palabras\"
y me entendiste.
Te vi tan dulce,
tan llena de ternura
que hasta lloré.
Si yo pudiera
tendrías la sonrisa
siempre contigo.
Y en esos ojos,
divinos y castaños,
me dormiría.
Luego, tu nombre,
sería la almohada
para mis sueños.
Y volaríamos
de noche por los cielos
a las estrellas.
¡Cuántos suspiros
a ellas robaríamos
con nuestros besos!
Pero no temas,
me quedo con tus sueños
y los vigilo.
Seré paciente.
Te cantaré una nana
mientras te duermes.
De esta manera
nos sentiremos cerca
en un abrazo.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/08/22