Quiero en versos plasmar lo que tengo dentro
que es como una espina clavada en mi conciencia
que hace sangrar, las paredes de la inconciecia.
Quiero manifestar la tristeza de ver llorar la inocencia,
de niños perdidos en la amargura de saber
que sin duda pocas oportunidads en la vida han de tener.
Pero con lamentarlo nunca se ha conseguido nada
y es es peor aún, por no sentirlo, desviar la mirada,
eso es lo más común en quienes no quieren saber nada.
de lo que pasan los niños que en la calle tiene su vida abandonada.
Sin llantos, sin lamentos, con amor con entrega
busquemos los caminos abramos los destinos
y marchemos unidos puño a puño cerrado
para romper esquemas golpeando la injusticia
es la hora de la historia, pues ella nos reclama
unamos los anhelos, unamos los esfuerzos
no más caritas tristes rodando por las calles
no más piecitos sucios sin calzado y con frío
no más panzitas llenas de vacios por hambre,
vamos la historia nos exige, que seamos concientes
que clavemos los dientes y mordamos este modus vivendi
del lastre de inocentes llorando tristemente.
Yo no quiero ver llantos de gente compadecida
quiero voces en alto reclamando la vida.
Vamos, el poema que espere, esos niños hambrientos
no pueden esperar, ya no les queda tiempo.