¿Por qué esta triste la noche?
-le pregunto a don Ruperto-,
¿Por qué no brilla la luna?
-le pregunto muy discreto-.
Mirando las calles frías
Y el silencio del viento,
Un misterioso tormento
En la triste cara de Elías.
-Ya no se ve la estrellita
Que aparecía en el cielo,
¡Y ya no se ve ni uñita!-
Dios las tapó con el velo.
“¡Pobre Elías!, el va sufriendo,
Su madre ya está muriendo”,
Me contestó don Ruperto,
Muy triste él y muy discreto.
¿Y por qué está triste el día?
¿Y por qué está opaco el sol?
¿Por qué las heliconias?
¿Para qué es el girasol?
¿Para qué es ese vino?
¿Y para qué es ese Ron?
¿Para qué las trompetas?
¿Y para qué es el trombón?
***
Sombreros, trajes, ¡mariachis!
Pero, ¿y quién cumple años hoy?
Pero…no entiendo nada,
¿Por qué pues esas miradas?
***
Me contesta don Ruperto,
Como siempre, muy discreto:
“pues la madre de Elías, ha muerto”.