No sólo voy a contar
la historia de la mujer mía,
una historia de amor y de odio,
como muchos la contarían.
Nadie jamás me habló de ella,
y ahora recomiendo que la vean desde kinder,
entonces resulta que comercializa en tinder,
y carga locos a todos viendo estrellas.
En efecto es la mujer mía,
y la de muchos,
se alimenta de fórmulas y teorías,
no le gusta lo poco, le gusta lo mucho.
Jamás pensé amarla tanto,
incluso sabiendo que promovía,
pues le estoy hablando de ella,
mi mujer la Economía.
Malthus, Say y Smith,
Ricardo, Keynes y Cantillon,
todos caídos de amor,
todos resolviendo el problemon,
que solo ella generaría,
que a todos les gustaría.
Como el síndrome de Estocolmo,
mientras mas mal nos hace,
mas amor sentimos por ella,
más el sistema nos vende estrellas.
Es por eso que hoy vengo a contarles
el poder de volverme loco de la mujer mía,
mía y de muchos hoy en día,
no es más que una señora llamada Economía.
Para mis amigos Economistas, que vivimos y morimos por ella.
ma2c.