Las palabras se inquietan,
improviso en el aire, cosas sueltas,
como lápices, borradores, cuadernos,
los maestros idos, mis pensamientos
vuelan en la era de sombras,
de luces que parpadean ojos,
encuentros con la esencia…
que no se desvanece con los cambios,
la cadencia, la decadencia, el cansancio,
la búsqueda encontrada, la piedra.
Los escenas filosóficas son babélicas,
Las sombras son compases sin compasión.
Las calles, como improvisados escenarios,
la musa de la inspiración, en cada esquina,
encuentra un beso inesperado.
Una guitarra que se desvanece,
Improvisa como un poeta en su trance,
de la oscuridad, nace un rayo de luz,
en la nocturna academia íntima,
creando los silencios.