Los segundos se han convertido en años, desde la última vez que te vi.
Se aprende a vivir con la herida, vivir una media vida.
Se aprende a fingir una sonrisa para ocultar la realidad.
Procuro reírme de los chistes.
No recuerdo la última vez que vi un espejo.
A pesar de todo le doy gracias a la vida, por haberte conocido.
Por escuchar esa risa, que me volvía loco.
Por besar tus labios y acariciar tu piel.
Extrañarte me permite darme cuenta que sigo vivo.
La soledad por las noches, los suspiros por el día.
Las cosas pequeñas que me recuerdan a ti.
Las mañanas me despierto, y me tomo una taza de café con tu fantasma.
Procuro no despertar a tu memoria cuando salgo por las mañanas.
Extrañarte se convirtió en parte de mis días.
Te miro a cada instante.
Te regalo mil rosas.
Nunca dejes de sonreír.