Y regresa melancólica
mi musa, (que se había ido
con el corazón herido
y con su presión diastólica).
Su posición anabólica
le permitió reaccionar.
Se dispuso a regresar
en retorno casi mágico,
que puede parecer trágico,
por querer recomenzar.
A veces yo me equivoco,
cuando reiniciar pretendo,
por eso a la musa entiendo,
y en estos versos la evoco.
Cuando el corazón me toco
siento me llena su mística.
El alma se vuelve artística
y en actitud medio griega.
Palpa a la musa y se entrega
para componer su dística.