Te busco y estás lejos,
te hablo y estás ausente.
Te escucho y eres silencio,
te espero y eres el tiempo.
La lluvia y el viento
me susuran tu nombre
y todas las flores de abril
me recuerdan tu aliento.
Cada noche sigo la luna
y camino por tu sendero.
Tus huellas no se borran
ni en la arena del desierto.