Siempre estuve en contra de esa provincia
en nuestra Serie Nacional de pelota,
pero cayó un rayo y volteó mi vista:
el verano lame su esquina rota.
Escucho: «Por favor, salven a mi amigo»,
la luna devuelve aullidos con esas palabras;
el dolor anda junto a nosotros el camino,
el llanto lunar augura una noche más larga.
La combustión quema tantos sueños
robados a cambio del título de héroe.
Abandonaron todo de lo que eran dueños,
pero en las vidas salvadas nunca mueren.
Juntemos sus ecos en nosotros, de alma
a alma los mantendremos vigilantes
para preservar con su corazón la calma
y que esa bahía brille tanto como antes.