Y todos se fueron a la guerra:
los amigos, los hermanos, compañeros;
nadie escuchó al poeta,
nadie escuchó... ni sus ruegos
... ni sus versos.
Nadie creyó que con palabras,
y ofreciendo en las manos
amistad y amor sincero,
pudiesen aplacar en el adversario
su ambición de poder avasallante;
y que no es solo con armas
y con sangre,
lo que confirma en el guerrero
... su talante.
Todos se fueron a la guerra...
¡a luchar por su tierra en las trincheras!
Y el poeta se quedó solo y soñando...
que no es prudente que... ¡se pague
con vidas por la tierra!
Muchos lo señalaron de cobarde,
y por encerrarse en su soñar
y en sus palabras;
pero él eligió la vida,
y la vida de su adversario
... a las banderas.
No quería ver sangre
del amigo o del enemigo
... en las veredas.
¡Y se quedó solo el poeta!
¡Jamás regresaron los guerreros
... de la guerra!
xE.C.