Tu pluma, poetisa de las cumbres
Me tocan las venas
Y las entrañas
Con dedos delicados de manos fuertes
Te tejes y me tejes con tus historias
Tus palabras no mueven
Sino que tocan
Las cuerdas que hacen canciones
Y abren los cielos
Sea de noche o de madrugada
Tu pluma, poetisa de los cerros
Pintan paisajes que fueron fuego
Pintan paisajes que fueron llanto
Y desde el fuego y desde el llanto
Nace un paisaje que es todo nuevo
Un paisaje en el cual, poetisa
Estás sentada en tu valle
Con flores moradas en tu pelo
Y el sol ilumina tu luz
Haciéndose cómplice
De tus palabras