Atención, aquí Charly
llamando a realidad.
¡Realidad! ¿me recibes?
Cambio y corto...
(Sin respuesta)
Perder el contacto con la realidad
es lo mejor que me ha podido pasar.
Lejos de su influencia no hay tiranos
poniéndole velas a San Guinario Arcángel,
ni los trileros de la posverdad
exhiben nuestros sueños disecados
en el recibidor de sus palacetes.
Desconectado de la zona de confort
del mercantilismo que trafica
con la ilusión de los más desfavorecidos
tal como dios demanda,
los misiles de largo alcance
solo son menhires a modo
de recordatorio de una civilización
extinta a principios del invierno nuclear.
Ni las cucarachas se salvaron.
Tan solo quienes conseguimos
refugiarnos en las profundidades
de las nieves perpetuas
podemos dar buena cuenta
del estropicio a escala galáctica.
Aquí hace tanto frío y la incomodidad es tal,
que hasta los alienígenas
han desestimado invadirnos.
Y la pobreza energética
solo nos afecta cuando el San Bernardo
no encuentra nuestra ubicación
para traernos el barrilito
lleno de calma.