En tiempos, ya moribundos,
un galán me deslumbró
mientras mis labios besó
provocándome en segundos.
Surgiste cual trotamundos,
me cantabas de mañana
una canción muy lozana
de países aledaños.
Allí te fuiste, por años,
a una ciudad italiana.
.
En mis recuerdos te añoro,
alumbras sobre mi faz,
¡resuena aún tan vivaz
aquella canción que adoro!
Suena el saxo y rememoro
la sonrisa de un chiquillo,
no era más que un hombrecillo
el que a mí me enloquecía,
¡pero cuánto le quería!
Aunque solo fuese un pillo.
María Teresa Fandiño.
La Coruña.
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