Sentada sobre el césped
y cruzada de gajos
soñaba una pelota.
Y varias bicicletas
estiraban las ruedas
después de estar dormidas.
También unos juguetes
en celofán de polvos
pensaban en sonrisas
si al fin y al cabo, todos,
sufrían los ausentes destinos de sus vidas.
Ella y El,
intentaron cien veces,
¡por todos los caminos!
Porque toda la casa
sufría con silencios
la fiesta de algún niño.