El mundo…
progresivamente sucumbe
y yo me hallo aquí,
en ésta, mi cúspide.
Sí, mi incomunicada prominencia,
donde el tiempo y el miedo, desertaron
y la oscura noche es nada más que
un perfecto cortejo de estrellas.
Los que sufren son aquellos
que se aferran con terror a la vida.
Más, los que están serenos, y sonríen,
son quienes alzan su mirada
a lo eterno del firmamento.
Porque, símil a la fe en Dios
confían en el final del cuerpo.
Mientras tanto yo,
con la diástole de mi corazón
-rebosante de una gran gratitud
encanecida de olvidadas penas-
esbozo y ofrendo poemas.
Soñando con un pórtico celestial
sentí el inequívoco cosquilleo
de una aguja nívea que tatuó
letra a letra en mi alma:
“escribe y nada temas”
.
.
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P-Car
Paty Carvajal-Chile
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