Andrés

EL PASO DEL TIEMPO

A catorce años, casi quince

he visto como todo ha cambiado.

Entre todas las cosas y personas, 

ella y yo son las principales.

 

Si en algún momento hablo en plural

no es que esté confundido, 

sólo es el efecto del paso del tiempo.

 

El efecto del paso del tiempo

me permite hablar de ella antes y yo ahora;

de ella ahora y yo antes;

de ella y yo antes; y

sobre todo

de ella y yo ahora.

 

Señalo nuevamente

que el efecto del paso del tiempo es tan potente

que me permite hablar de aquél primer año,

de aquél primer lustro,

los cuales fueron una categoría de nuestro ahora,

pero, ahora son pasado, nuestro antes.

 

Ella y los catorce años,

ahora me han permitido ver 

cómo el contenido de las poesías que le daba,

estaba incompleto.

 

Sí, antes le daba poesías.

Así, como ahora.

 

Aquellas letras hablaban de ella y yo,

pero estaban incompletas

porque no hablaban de los hijos

que ahora son de los dos.

 

Ya será nuevamente el paso del tiempo

retenido en estas letras,

el que haga que le dé otra vuelta al poema,

considerando aquél tercer verso.

 

Ese verso se llenará de más poesía

cuando ella y yo, lleguemos a viejos.

Así que, este poema, al igual que los de antes,

no pudo estar completo. 

Se llenará y quizá termine

cuando sólo quede ella o yo.

Será así, porque ya no habrá ni antes ni ahora,

pues el tempo ocupa de los dos.

 

Andrés Sarellano Mtz

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