Cuando apenas la brisa te despierte,
Los afanes aún siguen dormidos
Y están los calores apaciguados,
Se percibe un tonillo como ausente
Que aporta una presencia sorprendente
Nos ofrece tonos relacionados
De agradables perfiles armoniosos,
Procedentes de un fino clarinete.
Con su cadencia surge lo evidente,
El generador de dichos impulsos
Subyace con su musical talante.
Pero con una búsqueda constante,
Al final lo logramos, descubrimos
A Sheila tocando su clarinete.