Al leer un poema es, como ver
a través de un cristal
lo que el trovador expresa,
siente te cimbra el alma
esas experiencias vividas.
Con las penurias quedan
hondas cicatrices, pero hay
bálsamos para las heridas.
Es mejor una triste despedida,
a tener a alguien que no te valora
y sea tu yugo de por vida.
Con un nudo en la garganta
ahogas el llanto a duras penas,
por ese hondo pesar
que corroe las entrañas.
La felicidad llama a tu puerta
por diversos factores
la ignoramos y después
nos lamentamos, por el resto
de nuestras vidas.