Jorge L. Casado

La Razón De Mi Existir

Bendito sea Dios, que es mi sostento, mi vida entera,

el que me sostiene de dia y de noche...

Calma mis angustias y de paz mi alma prepondera,

atiborrando de celestiales melodias mi andares.

 

Vés, por mi, por dónde voy; me llévas en tus pasos,

Hablas por mí, eres mi hablar, melodía en canto.

Mis jardínes son tus cabellos, del cuál me aferro,

pues mejor estar en tu compañía, que mil días sin tu aliento.

 

Soy la tierra, tu plenitud y todo lo que en ella habita;

tu gracia vaciaste en mí, cuando de vida me alientaste...

Muchas fueron las gracias que me regalaste;

y sin merecerlo, tu solo mandamiento me encomendaste.

 

Porque de tal manera me amaste, igual de mi cuidaste;

me amaste con benevolencia, ilimitada,

y en tu infinita sabiduría me guardaste.

 

Por tal razón, mis pensamientos te dedico, mi humilde arte.

Tú, solo tú, oh Dios amado, eres la razón de mi existir:

no soy nada; Tú, me permites ser...

Te entrego mi alma, tu vaso limpio es,

usalo conforme tu voluntad sea, seámos uno solo en tu verdad...

 

Bastame tu gracia, tu infinita misericordia; cúbranme tus alas;

que muera mi alma en ti, pues eres quien la salva.

No obstante eres mi razón, el botón que mis sentidos impulsan;

Que seas Tú, la razón de mi existir, es toda mi esperanza.

 

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