Nunca fuiste para mí el estupendo amante.
Siempre dejaste muy escondida tu pasión.
No pude adivinar el amor en tu semblante
y siempre estuve, blandiendo una oración.
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Quisiste arreglar tu carácter con diamantes
o brindándome, con serenatas, tu emoción.
Pero tu aliento de alcohólico era repugnante.
Sé que, repararlo a tiempo, fue mi salvación.
*-*
No hay adulterio al sólo ir con otras damas.
Existe de hecho, si la bebida ocupa este lecho.
Eres infiel de mil formas y tu whisky era un rival.
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Siendo la vida tan corta y habiendo otras camas;
he resuelto para mí, mejor destino y es un hecho.
Ya que, vivir contigo, es conjugar el amor en plural.