Lo confieso yo me la llevé al río sabiendo que ni era mozuela y además su marido era el Coronel mío, creo que era un martes y las cigarras con el intenso calor que hacía nos dieron a coro la Bienvenida mientras yo miraba un sitio para echarnos en la hierba, entonces me di la vuelta y allí estaba ella echada desnuda en la hierba con sus pechos preciosos y sus pezones erguidos al lado de los juncos y las zarzamoras completamente excitada pidiendo que yo también me desnudará a la luz de la luna de plata que nos alumbraba, y me eché junto a ella como si fuera un regalo divino que los Cielos me regalaban.
¿ He dicho antes que ni era mozuela y estaba casada?
Pues eso, yo no hice nada , lo hizo todo ella con una delicadeza y habilidades que yo hasta entonces desconocía, hasta me montó sin bridas ni estribos como si yo fuera su potrillo , no pensaba enamorarme pero me enamoré hasta de sus tobillos , le quise regalar un costurero pero acabó ella dándome dinero, pues yo era soldado raso y su marido mi Coronel al mando, y como comprenderán de dinero yo andaba escaso se lo agradecí con mil besos, y aún hoy se lo agradezco.
Y yo que me la lleve al río sabiendo que no era mozuela y además su marido era el Coronel mío , lo que no sabía con certeza es que su cuerpo era perfecto yo diría de pecado y que me iba a enamorar de una perla que para mi fue la mas preciosa de todas las Joyas.
Manuel Lorente
Seudónimo
Mael Lorens
Reservado el derecho de autor Agosto 2022