Aunque te llevares a mi madre
y el dolor me embargue,
con todo te serviré mi Jehová;
porque a ti te amo,
más que a todas las cosas,
más que la vida que me das,
más que tus bendiciones.
No hay nada como estar
en tu presencia
¡nada más!.
Servirte a tus pies
¡para qué más!.
Llorarte solo a ti por todo
¡a quién más!.
Mi vida te entrego
pero aún mayor
mi corazón aunque perverso,
para que hagas conmigo
lo que bien has de hacer,
aunque pase el tiempo
en ti esperaré.