Te metiste entre el alma y los sentidos
como el eco que rompe entre las frondas,
repitiendo intrigante los sonidos
que cantan en palabras penas hondas.
Como el canto pueril de dulces rondas
entre sueños de amores contenidos,
que te saben hallar por más te escondas
en caminos de luz desconocidos.
Asi mismo llegaste cual la brisa
moviendo por igual flores y espinos
alumbrando mi senda con tu risa.
Si un hado dirigiese los destinos
deme al fin ver el cielo como irisa
a tu vera recorriendo los caminos.