Creíste que porque te ibas,
caería en el vicio, y andaría
borracho en las calles apenado.
Cómo me gustó que te fueras,
porque hasta el día de hoy, caigo
en vicio;
si entre velero y pescando, paso mis días geniales y felíz.
Llego a puerto, y en mi casita no me
faltas tú, porque yo mismo me preparo
un buen bocado,
y de ti nada que ver; asunto arreglado, así de fácil me siento a lo bien.