«(Palabras olvidadas) detrás del incendio»,
señala una crónica de televisión,
pero le falta exactitud al relato
¿Quién dijo que se esconden de la acción?
La enfrentan, por delante, desde
arriba, más ubicuos que las llamas.
Ellas se ofenden porque los desean
a los pies de los besos de la cama.
Pero antes de la vuelta al hogar,
de eliminar la espera del amante,
urge el abrazo entre agua y fuego,
«con las mismas manos de acariciarte».
Aunque parecen muy poco frente
al monstruo, lo azotan con su vida,
la estiran a fondo hasta el pozo
donde emerge la fuerza inadvertida.
Y de tanto mantener el acelerador,
muchos se estrellan rumbo a su final,
pero despiertan la fuente de amor
que elevará sus cañones del mar.