Cheralizu

Entierro

Habíamos padecido por la verdad,

La belleza nos consumió,

Nuestro coloquio fue en el calvario,

Y nuestras miradas se cuartearon,

 

Me acerqué en silencio y en soledad,

Mientras tu corazón dentro del féretro,

Desgarrado y tiznado,

Cubierto del manto de un pájaro muerto,

 

A ti, que te vi despojado,

En tu zaguero en la marcha final,

No quedó rastro en el nido,

Como pájaros que se quedan,

En medio de una tormenta corpulenta,

 

Vuelvo y me marchito,

Vivo y me despecho,

Me arranco el pescuezo.

Y la yedra cubre mi gélido pecho,

 

Así, bajo esa misma noche,

En aquella tierra fría,

Nuestros nombres quedaron,

En el olvido de este entierro.