Cielo
Una mañana con lluvia y no con sol,
dejó abrir alas,
cuando en aquel instante corrieron sus fuerzas,
dejando atrás el insistente momento,
cuando sus alas, sí, abrigaron su cuerpo,
pero, no le dieron de qué comer,
cuando en el fulgor del sol,
le llamó una energizante luz,
pero, el sol cálido y muy caliente en el suelo,
y dejó pasar la vida misma,
esperó y quiso ser fuerte,
pero, la golondrina jamás volvió abrir alas,
y el cielo con la lluvia no la dejó volver a volar jamás…