Confesión
Yo me acuso
de que las margaritas
tengan dos colores,
el blanco de la pureza
y el amarillo de los celos;
me sobra el blanco
de que la miseria sea abundante
y el egoismo menguante;
me sobran los dos
de que los esclavos rían
y los payasos lloren;
sin duda dame los dos
de que el necio triunfe
y el brillante dude;
dame sentido común
de que la sonrisa sea corta
y la carcajada larga;
prefiero la ironía
que la nausea sea incompleta
y el vómito continuo;
me quedo con la verdad
que los besos se retraigan
y los abrazos sean de brazos caídos;
me quedo contigo
y si no es suficiente
para limpiar mi conciencia,
quiero de penitencia
un buen bolero.
FVR