Los cuerpos sumergidos
en aceites, agua de coco,
mieles y lodos
en un nido, nicho, cama
o suelo…
experimentan un empuje
en la dirección certera
o equivocada,
desde abajo hacia arriba
desde arriba hacia abajo
desde un lado hacia el otro
y también al revés,
igual al del peso del volumen
de fluido desalojado.