Ben-.

Riguroso pálido-.

Mis huesos se vistieron

de riguroso pálido. Igual

que ofrendas o sarcófagos

inundados, ríos, miles de ellos.

Investidos por la autoridad

que convoca su desnuda fugacidad,

mis huesos, en sus aposentos suaves,

desvelaron la materia carnosa, como

en un guante. La luna instaba sus visiones:

pálidos decretos y sombras sin tirantes.

Mis huesos eran para el frío, elemento

indispensable, taciturno sendero, seco

campo de gladiolos muertos.

En aquellos atuendos, mis huesos,

revelaron sus matices: cuerdas de antaño

y rosas maternales. Oh, cómo fui creciendo

sin tamaño, hoja envoltorio, urna cineraria

y múltiple! Estéril matriz, cuerpo rojizo y solo!

 

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