Mauro Estrada Recio

EN TU ROPA MOJADA

CON LA ROPA MOJADA  

 

Nuestra cita es candente desde la llegada

La química es inesperada en el encuentro

Nos recorre por dentro el deseo 

Fuego que te envuelve excitada

Y en medio de tanta emoción

Nuestros jugos mojan nuestra ropa interior

Con aroma sexo que elevan nuestras ganas

 

la pasión nos quema por dentro

Sin palabras respiras agitada

Siento tus besos,

esos besos que comenzaban suaves,

y de pronto van en aumento,

tu lengua en mi boca

y la mía que te vuelve loca

 

Tu sudor impregna mi piel

Y yo que me muero de sed.

Te quito tu ropa mojada

 

Besando lentamente tu pierna

Y  tocando el rincón

que me aprieta tan palpitante

más húmeda y densa que antes

tan caliente y perversa

 

y en mi lengua saboreo tu perla,

polémica de tus ansias convergentes,

bebiéndome tus jugos salientes

 

a tu desnudez, me ciego,

mientras encima de mi te enciendes

moviéndote lenta y con fuerza

sobre mí te vacías intensa

 

 

incontrolables espasmos te encienden llameante

Me esclavizo en tu lava supurante,

ardo en ella con mi piel y mi mente,

inundando mi monte creciente

Que dentro de ti palpita tan fuerte e incesante

 

 

con respiraciones interrumpidas

te sacudo por dentro

 en tu cueva mojada,

y después de otra erupción compartida,

 hay convulsiones repetidas

 

interminable clímax

de placeres perversos

en la cama inundada

por la lluvia del volcán derramada

 

con aroma a sexo tan erótico y denso

la lujuria en exceso extasía

 nuestro interminable encuentro.

 

Y en un vaivén desenfrenado

sobre mi te has montado

Comenzando de nuevo

con orgasmos eternos

Desde este atardecer

hasta ver de nuevo amanecer

 

Volverás a la rutina mañana

Pero tu mente estará con la mía.

Compartiendo tus ganas extasiadas

Fantaseando con otro momento

no podrás concentrarte en el día

Y mis pensamientos viajaran a tu cuerpo

  

recorriéndote de nuevo por dentro

encendiendo lujuria desbordada

y al lugar donde vayas

de deseo estarás impregnada

dejando surgir ese aroma

en tu ropa mojada