Mis pasos sobre ésta misma acera
Por donde caminaron niños que ya son viejos
Y antes que ellos otros niños
Que también envejecieron
Pasos que llevan a tiempos inmemoriales
Tiempos sin pasos, sin huellas
tiempos de raíces clavadas en la tierra
Así, bajo las losas de una catedral cosmopolita
Donde antes otro templo se alzaba majestuoso
Salen voces ahogadas de los asistentes a otro culto
Rezos, quejas, lamentos en otro idioma
En sus órbitas exhibiendo aún la incrédula mirada
La mirada que no comprende
Por qué perdió lo que era suyo
Hay, en esas planchas de concreto
En esos escaparates bien surtidos
En esas mentes ya borradas de la gente
Algo que no cuadra
Una inquietud que no mengua
Una memoria soterrada entre tantas distracciones
Una réplica que proviene de puntos tan distantes
Esas luchas tan incesantes como complejas
¿fueron necesarias? ¿se ha logrado a alguna meta?
Civilizaciones han pasado y ninguna pareciera
Satisfecha de sus progresos
Pareciera que a todas en algún momento
Les estorba la convivencia, la paz y la armonía
Ésta
¿Acaso es mejor que las anteriores?
Ésta
¿Ha aprendido algo de la depravación y la barbarie?
Los vestigios donde el pasado yace latente
Solo son motivo de solaz para la gente
Las memorias que perpetuaban la palabra
La palabra que inspiró imaginaciones infantiles
las memorias de las arrugas y las canas
Yacen en el polvo de los siglos
La imaginación truncada por el ansia de consumo
La imaginación, alimento de las artes
Se propaga prostituida y deforme por todas partes
La palabra como luz
Como conocimiento compartido
Perpetuada en vastas páginas
yacen escondidas en sótanos
Donde no se admiten las visitas