Te amé como nunca he amado,
te lloré todos los días,
olvidé mis alegrías
y por siempre te he añorado;
el porqué te habré encontrado,
el porqué te perdería,
me robaste la armonía
me torné un enamorado;
hoy busco aquella presencia
y te añoro eternamente,
es mi agonía tu ausencia
prisionera de mi mente:
te tornaste dulce esencia
en mi corazón ardiente...