Sin importar lo lejos, que hoy estés de mí,
Tengo tu sonrisa enconada en el alma,
Y el suave murmullo de mi deseo en ti,
Te dice que estoy cerca en quietud y calma…
Es posible hermosa, que te pueda amar?
El temor es grande y mi nervio adolescente,
Con mi pasión indecente, queriendo ocultar,
Y con mi amor tardío luciendo tan inerte…
Es cierto, tu eres la luz naciente de primavera,
Y yo soy el ocaso, aprisionado en tu camino,
Soy yo la primer llama, en tu naciente hoguera,
Y el primer amor flagrante, marcando tu destino…
Pero es posible fundirnos en un solo cuerpo,
Porque veo, que no soy para ti indiferente,
Plasmando tú deseo ya tatuado en mi tiempo,
Cumpliendo del destino, su gesto irreverente…
Por eso no me importa ya nada lo prohibido,
Ni que éste deseo pase, de ser tan solo letras,
Porque quiero acariciarte, estando así contigo,
Y agradeciéndole al destino por esta jugarreta…
Y besando así tus labios, vivir nuestra fantasía,
Estando así contigo, aunque en mis últimos años,
Entregándote mi ocaso en tu naciente vida,
Con este amor prohibido y tus besos tan huraños.
LIC. ARTURO DOMÍNGUEZ
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AGOSTO 2022