Poco a poco, te has metido;
paso a paso, tú has robado
y pulso a pulso, atrapado,
este corazón sufrido.
Poco a poco, te he querido;
paso a paso, me has ganado
y pulso a pulso, has sanado,
este corazón herido.
Y en el alma sigue y vive,
sanando una triste herida,
porque en vida, ella pervive,
con su amor que bien valida;
y junto a ella, se revive…
¡Una larga, larga vida!