Ojalá
Ojalá desvanecieras,
en mi mente igual que tu figura,
desvanece en la calle sin aceras,
junto a la niebla pero sin premura.
Ojalá que te perdieras,
en mi alma igual que tu desvío,
se pierde cada vez que las quimeras,
se apoderan de mi ardiente desvarío.
Que diera yo porque salieras,
de mi pecho al igual que cada instante,
el aire que envenena queda fuera,
llevándose mi corazón aún palpitante.
Ojalá que te volvieras,
lo tóxico en la sangre de mis venas,
para así a la par sintieras,
el tormento de querer sin que te quieran.
Quisiera yo que ya pasaras,
por mi piel y por mi vida como el viento,
que acaricia, que estremece y te alejaras,
dejando la respuesta que presiento.
Ojalá que te quedaras,
en mis pasos que no son ya ciertos,
en los versos que sonriendo despreciaras,
en la sensatez... donde están los muertos.
Raúl Herrera P