En el mundo de los sueños
conscientes e inconscientes,
vivimos realidades o fantasías
reflejos de nuestras vidas.
A través de imágenes oníricas
vemos personas o lugares ignotos,
amigos, familiares y fallecidos.
En ese mundo dormido,
vivimos aventuras extrañas
paradisiacas, sexuales,
emociones y sensaciones.
Los miedos e inseguridades,
pensamientos ocultos y presagios
se convierten en pesadillas.
Al volver al mundo despierto
quedan vagos recuerdos,
de los gratos momentos
o un hondo pesar por esas
experiencias vividas.