walberto campos

A veces, mujer

 

Ya no puedo contener lo que me sucede bella mujer,

no quiero guardarme más estas palabras

y es que lo que me pasa es:

A veces mi mente traicionera

insiste en recordarte,

no quiere arrancarte de ella;

Y entonces mi corazón se duele y llora,

y bombea más sangre de lo debido.

A veces mis ojos lo traicionan también,

porque te miran

a través de esta ventana enmohecida;

y tu prodigioso estilo al caminar

lo inquieta y lo asola;

Y entonces salta como si quisiera salirse de mi pecho.

A veces también mis ojos sufren,

porque cuando caminas por la calle

hay tantas cosas que me impiden mirarte,

a pesar que son mis ojos muy perspicaces,

solo consiguen mirar tu larga y rubia cabellera

desaparecer cual estela de humo por la avenida.

A veces mujer,

a veces mis oídos arremeten en contra de mi corazón también;

porque escuchan tu voz tan tenue

cuando saludas a alguien por la calle;

y entonces él siente como si tú fueras a pronunciar mi nombre,

y salta como si quisiera salirse de mi pecho.

Sucede a veces que, mi piel lo conturba también,

al extrañar tus brazos,

tus nítidas manos que tanto me acariciaron.

A veces es así;

a veces mi boca también hace sufrir a mi pobre corazón,

al anhelar tus besos,

al desear impacientemente tu boca,

tus labios carmesí.

A veces sufre mi corazón.

porque los latidos del tuyo

no van dirigidos hacia él.

A veces,

mi rojo corazón,

ya no es rojo,

se torna casi albugíneo por ti,

a veces mujer, a veces;

y mi corazón salta como si quisiera salirse de mi pecho.

Y lo malo mujer…

Lo malo es que ya no es solamente a veces.