Erik Chinaski

El bicho (Sobre la enfermedad de escribir)

El bicho

(Sobre la enfermedad de escribir)

Tienes que sacarte el bicho, sácate el bicho, mírale esos dientecitos, mira cómo te muerde la piel, sácatelo, mírale la barriga colmada de ti, anhelante de ti, de tu pelo, tus ojos, tu lengua, tus pensamientos impuros, tus dedos y su arte.

Tómalo y colócalo en el patíbulo, sobre la tecla más larga, la espaciadora, átalo a la X y a la Ñ que de poco o nada sirven en estos tiempos, a menos que necesites decir que “Xóchitl cumple años” o que el “Ñu no es endémico de México”, átalo bien, al bicho regordete y dale con el índice y con el anular, usa todos los dedos cómo te enseño el profesor de mecanografía, machácalo, ese bicho ajeno a ti, bicho de tinta azul que estallara salpicando la pantalla de retina, que se joda la pantalla de retina, que se joda el mundo y sus prejuicios, la doble moral y ser políticamente correcto hasta el hartazgo.

Y cuando estalle te sentirás más ligero porque has de saber con aún un mol de peso es pesado cuando se trata de un bicho persistente al que le gusta comer bien.

No importa que el bicho huela mal, o sepa mal, mucho menos que suene mal, mejor afuera que adentro. Bicho psicópata, misógino, racista, bicho al fin, no te pertenece. Bicho que teme a la guerra. Delégale responsabilidades al bicho.