Codiciada, mágica, lejana a la noche prohibida en mi sueño ilusorio;
Hechicera, que a mi pensamiento consume el fuego de tu hoguera,
alborotada, desnudez perfecta, bailando, sin pudor, alegre en el viento,
deseada, codiciada, cabalgando sin rumbo y sin guía en el tiempo
Codicia, hastío de mirarte que, a mi mente, el no tenerte desquicia;
contemplo tu perfecta desnudez codiciada, prohibida y lejana a mi mente;
tu hermoso corazón, naufragado en la tormenta del mar de tu avaricia,
ascendiendo, tu cuerpo perfumado, en el abismo profundo del infinito;
imploro al eco vacío de mi tristeza, remembranzas de amor para llenarte,
recoradando el fuego apasionado de tus besos, y la suavidad de tus caricias,
en el dulce recuerdo, escondido en el viejo baúl, del palcer de acariciarte