Anoche, la suave brisa
De tu alcoba nos aceptaba,
Mientras yo, sin prisa,
Todo tu cuerpo besaba.
La cómplice noche se extendió
Para poder tocarte,
Porque entendió
Que deseaba amarte.
El tiempo comprendía
Mis razones,
Y la pasión reía
Al ver unirse dos corazones.
Me olvidé de todo, los mundos,
El mañana no estaba en mi mente,
Y por un millón de segundos
Fuiste mía completamente.
Junto a nosotros, se desvelaron
Por completo nuestros sueños,
La pasión y el amor jugaron,
Se creían nuestros dueños.
Fue un encuentro hasta el amanecer
Un día de septiembre,
Ahora es algo que me quiero hacer,
Cada noche… por siempre.